son las sendas de tus iris azabache
donde se entregaron mis latidos,
al claudicar mi crorazón.
Y fue allí donde tras meses
revele sentimientos
en mi ánima escondidos.
Mas, fue en aquel frío domingo
cuando el rocio cubrio tu hierba,
para ser Uno los dos.
y desde entonces, hasta ahora,
es mi alma que te espera
entre el frío de la ténue leveded
que estas tierras suministran
Mas ahora entre el frio,
aquí te espero entre
todos los ahora
a que vengas a nosotros
y tus dendas azabache
cobijen nuestras almas