Ciertamente son tus labios,
junto al sabor de tus besos
los que acarician mis ocasos
y mas profundos anhelos.
Es tu alma que me abraza,
y mis cansados ojos buscan.
Mas tu dulce alma herida,
ya miedosa,
a su propios sentimientos,
evitando el perdon
que mi tonta alma implora.
Mas espera
a nuestras almas
el reencuentro en tus ahoras
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